Aspali. Asperger Alicante.

lunes, 23 de abril de 2012

Carta de una estudiante universitaria con Síndrome de Asperger

Me llamo Amaya Marquina de Vidania, tengo 21 años y desde los 12 estoy diagnosticada con el Síndrome de Asperger con una minusvalía reconocida de un 33%.
En la actualidad soy estudiante de tercer curso de Veterinaria en la ULPGC , domino el idioma Inglés y un poco de Alemán. Llevo matriculada en esta carrera desde hace 4 años y par...a poder acceder a la misma necesité un 7,05 de nota. Decir que me encanta mi carrera.
Desde que tenía 3 años y empecé en preescolar he tenido muchas dificultades, de distinta índole para llegar a donde hoy me encuentro. Eso no quiere decir que en la actualidad carezca de las mismas. Sigo teniendo dificultades pero he aprendido a afrontarlas con una mayor madurez. Se que soy Asperger que antes lo desconocía, y por ello no me siento mal, al revés conozco mejor mis carencias y también mis puntos fuertes, al fin y al cabo ¿quién no tiene puntos débiles?.
Mis mayores problemas en el ámbito estudiantil se han centrado siempre en no poder desarrollar las capacidades sociales propias de la edad así como la incomprensión de las personas y aquí incluyo tanto a profesores como alumnos.
Yo quería tener amigos pero no sabía como. Por eso siempre estaba sola en los recreos y tampoco nadie acudía a mí. Quise acercarme pero lo hacía mal. Pedía jugar con ellos pero no me dejaban. Con el tiempo la cosa fue a mayores sufriendo tratos vejatorios y acoso escolar tanto físico como psicológico, incluso en Bachillerato. Durante esta etapa cambié de colegio en tres ocasiones y si por mi hubiera sido, habría dejado de estudiar en 2º de Bachiller. Gracias a mi padres y terapeutas no lo hice.
Por otro lado, los profesores tampoco ayudaban nada. Me exijían lo mismo que a los demás sin ningún tipo de adaptación curricular y entre otras cosas, debido a mis problemas de psicomotricidad, tomar apuntes para mí era un calvario y difícilmente podía terminar los exámenes. Cuando mis padres se reunían con ellos no sabían de lo que se les hablaba y, a posteriori, tampoco hacían nada o muy poco por enterarse. No estaban preparados para tener en clase a una alumna con mis dificultades. Muchos de ellos en esas reuniones decían que no habían notado nada raro en mí. Claro, simplemente se fijaban en los resultados de los exámenes, que por otro lado, si hubiera tenido la atención adecuada pudieran haberse mejorado.
Y se preguntarán, ¿en esta situación, cómo se pudo conseguir un 7,05 para entrar en Veterinaria?. La respuesta es: con profesores particulares y no saliendo de casa. Como no tenía amigos, ni nadie me invitaba a sus cumpleaños, etc. etc., o salía con mis padres o estaba estudiando en casa. Así lo conseguí, ¿un poco triste no?. Hay que decir, que en la PAU me pude examinar en un aula aparte con otros alumnos discapacitados. Me vino muy bien ya que eramos pocos –particularmente las multitudes me estresan- y además contamos con algo más de tiempo para su realización.
Para esta etapa de la educación de preescolar hasta Bachillerato yo pediría a las autoridades competentes el diseño de una formación específica tanto para alumnos como para profesores de una forma seria en la que se enseñe la importancia del respeto hacia las personas y no nos sintamos discrimados por el mero hecho de ser diferentes. Si nosotros no sabemos hacer amigos nos pueden ayudar a conseguirlo. Para mi un amigo era un simple compañero de clase que no se metiera conmigo.
También pediría las adaptaciones curriculares pertinentes, exámenes orales y entrega de apuntes si fuera necesario, etc. etc., En definitiva , en base a las necesidades específicas de cada uno, pues no todos los Asperger somos iguales, y con la información que posea el profesor, marcar las pautas necesarias para conseguir la integración de la persona y que esta logre los objetivos que se pretenden, todo ello en un ambiente, digamos de normalidad.
En la Universidad, es totalmente diferente. Se supone que las personas tienen madurez y no me he sentido maltratada. Las dificultades existen pues sigo sin tener amigos, pero converso con mis compañeros y profesores con un ambiente de cordialidad.
Existe el Servicio de Asistencia Social que me ayuda mucho ya que además de haber publicado una Guía de Orientación sobre alumnos con Discapacidad en la que se habla específicamente sobre el Síndrome de Asperger, a principios de curso convoca a todos los profesores que no me conocen y que me van a dar clase a una reunión en la facultad para hablar sobre mis carencias, recomendaciones y posibles formar de paliar aquellas. Si alguno no asiste se le envía la guía por lo que todos quedan informados.
Es verdad que unos son más receptivos que otros pero todos intentan ayudar en la medida de sus posibilidades. Dispongo de lo que no tenía anteriomente (tutorías, más tiempo en exámenes, posibilidad de efectuarlos oralmente, hacerlos en papel pautado, recomendaciones sobre apuntes y bibliografía, etc. etc.) y como ya llevo 4 años, los profesores me van conociendo y saben de mis carencias por lo que no hay que estar repitiéndoles siempre lo mismo. Hay algunos que sin haberme dado clase todavía se han enterado por otros de mi problema con lo cual me facilita la labor.
Un hándicap con el que me encuentro dadas mis dificultades sociales es la realización de trabajos en grupo. Al principio me costaba muchísimo, ahora y a pesar de que hay profesores que me dejan efectuarlos sola, procuro llevarlos a cabo con otros, pues comprendo la importancia que tiene para el futuro laboral y mi propia madurez, el trabajo en equipo.
En el ámbito universitario y a pesar de las ayudas con las que se cuenta, pediría a las autoridades que se involucren y conciencien aún más ya que hay mucho por hacer.
En primer lugar y al igual que en la etapa anterior, es fundamental el conocimiento por parte del profesorado y su sensibilización al respecto mediante acciones encaminadas en esa dirección.
Por otro lado, deben saber como percibimos los Asperger las cosas y explicarnos muy bien que es lo que tenemos que hacer para conseguir el aprobado en las distintas asignaturas ya que la Universidad es un mundo para nosotros dado la complejidad de tareas como clases magistrales, trabajos, seminarios, prácticas, parciales, finales, etc., etc. Normalmente somos desorganizados con lo cual agendar todo esto y llevarlo a cabo no es una tarea fácil, por eso, la claridad es imprescindible.
Sería muy importante conseguir mentores que de alguna manera tutelaran al alumno en sus estudios y organización de los mismos y a la vez, le ayudaran a integrarse personalmente junto al resto.
Por supuesto, que continúen ayudas como las indicadas anteriormente en cuanto a más tiempo en exámenes, más tutorías, papel pautado, consecución de apuntes, etc. etc.
Para acabar, indicar que tiene que existir una verdadera voluntad política para poder llevar a cabo los proyectos mediante los cuales se pueda atender a los estudiantes, no sólo con Asperger sino también con otros trastornos del espectro autista. Es imprescindible dotar a esos proyectos con los medios humanos y económicos que fueran necesarios, ¿qué hubiera sido de mí si mi familia no hubiera podido pagar profesores particulares y terapeutas? ¿dónde estaría ahora?